Este hábito sencillo, hecho con constancia, te ayudará a:
Tonificar tu rostro
Reactivar la circulación sanguínea
Reactivar la producción de colágeno, dándole elasticidad a tu piel
Levantar las cejas
Mantener el contorno de tu cara y la mandíbula firme
Iluminar tu rostro
Suavizar las líneas de expresión (en la comisura de los labios, en los ojos, en el ceño…)
Disminuir los signos de estrés
Prevenir arrugas
Relajar las fibras musculares
Decongestionar las bolsas de los ojos
Evitar rojeces e inflamaciones
Y no se trata solo de beneficios estéticos...
Hacerse automasajes te ayuda a entrar en calma y estar más tranquila. Por eso, si lo combinas con otras actividades relajantes como mindfulness o el yoga, el automasaje facial será un gran aliado para disminuir el estrés diario y relajar tensiones.
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